En el universo de hoy, entre las redes sociales y las hastags, con frecuencias nos bombardean con imágenes de lo que pensamos que debería ser una vida perfecta. Comparamos nuestra forma de cuidarnos con la forma en que se cuidan los famosos y los influenciadores. Respecto a la idea del cuidado personal, es fácil pensar que se trata de beber champaña en una bata de baño blanca. También es fácil para los demás trivializar nuestra necesidad de cuidado personal, cuando tanto de lo que vemos al respecto es solo mascarillas faciales y baños de burbujas. En realidad, el cuidado personal es necesario para protegernos y poder tener tranquilidad.

Para poder comprender qué es el cuidado personal, hablemos de lo básico. Piense un segundo, ¿cómo cuida de usted misma? Sí, come, duerme y se cepilla los dientes. No hace falta que lo diga. Pero, ¿qué hace más allá de eso para asegurarse de cuidar de su salud mental? "Cuidado personal" es el término general que incluye lo que hacemos por nuestras mentes, cuerpos y espíritus. Ir a una clase de yoga. Apagar los millones de alertas de su teléfono. Hacerse oír en una reunión de negocios. Todo esto puede considerarse cuidado personal.

El cuidado personal no es egoísta

Hace un año, necesitaba desesperadamente alejarme de las presiones del trabajo y los fríos días de invierno. Me escapé a Cabo con una amiga, pero antes de irme le dije a mi equipo de colaboradores que no estaría disponible para nada. Estábamos en las primeras etapas de un proyecto importante, pero todos me aseguraron que podrían arreglárselas sin mí un par de días. Apenas habían pasado unas horas de mis vacaciones cuando empezaron a bombardearme con correos electrónicos, mensajes de texto e incluso llamadas sobre el proyecto. Mi gerente de proyecto de ese entonces no dejaba de interrumpir mi tranquilidad y dijo que yo era egoísta por no estar disponible durante este momento crítico. Mi amiga vio que estaba agitada y estresada, me quitó el teléfono y lo apagó. “Nunca deberías sentirte mal por tomarte tiempo para ti misma,” me dijo.

Nuestra forma de definir el cuidado personal en la actualidad me llegó a través de la autora y feminista Audre Lorde en su libro A Burst of Light. “Cuidar de mí misma no es una indulgencia. Es preservación, y es un acto de combate político.” Nos damos cuenta de que las palabras de Lorde son muy ciertas cuando pensamos en cómo las mujeres suelen cuidar a todos los demás y ponerse a sí mismas en último lugar. Piense en su madre, en sus abuelas y en usted misma. ¿Cuántas veces se ha sacrificado para cuidar a otra persona, poniéndose a usted misma en último lugar de su lista de prioridades? Si no cuida de usted primero, no puede cuidar de otras personas. Tómese un minuto para pensarlo.

El cuidado personal no tiene absolutamente nada de egoísta, y no deje que nadie intente decirle lo contrario. Ese gerente de proyecto que mencioné se esforzó al máximo para hacerme sentir que tomarme mis vacaciones programadas era egoísta. Durante un par de horas de mis vacaciones, me sentí como una mala persona por querer relajarme. Mi mente se llenó de todos estos pensamientos negativos. ¿Me merezco estas vacaciones? ¿Verdaderamente puedo darme el lujo de tomarme estas vacaciones mientras estamos trabajando en un proyecto? Debería trabajar más y sacrificar mis necesidades para que mi equipo pueda tener éxito. Esos pensamientos eran completamente erróneos, porque, hablando en serio, ¿cómo podíamos tener éxito si yo no estaba en condiciones de dar lo mejor de mí? Este dilema me enseñó una lección muy importante: las personas que tienen aversión a que usted ponga límites y los mantenga no la respetan, ni respetan su necesidad de cuidado personal.

El cuidado personal abarca todos los aspectos de la persona

El cuidado personal es el término general, pero ¿qué pasa con las cosas que hacemos para ayudarnos a mantener la paz con nosotros mismos? Esos son los actos de cuidado personal con los que está familiarizada. Puede dividirlos en cuatro categorías: físicos, espirituales, mentales y emocionales.

  • Los actos de cuidado personal físicos pueden incluir hacer senderismo, caminar a mitad del día e incluso recibir un masaje.
  • Los actos de cuidado personal espirituales son la meditación (con aromaterapia), las plegarias, la creación de vínculos en comunidades de fe y escribir en un diario.
  • Para mis actos de cuidado personal mentales, leo un buen libro, me desconecto de las redes sociales, trabajo en el jardín y cuido de mi niña interior expresando mi creatividad.
  • Mis actos de cuidado personal emocionales con frecuencia pueden ser cosas difíciles como expresar mis sentimientos, poner límites, decidir no ir a esa cena familiar que me causa ansiedad o ver una película triste para poder llorar y descargarme.

Cómo practicar el cuidado personal

Hablo mucho del cuidado personal, y una de las preguntas frecuentes que me hacen las personas que quieren practicarlo es “¿Cómo empiezo?” Primero lo primero: dese permiso para comenzar a cuidar verdaderamente de usted misma. Sí, de usted. Ha estado cuidando con amor de todos los demás, y ahora es hora de darse amor a sí misma. Puede comenzar con algo sencillo como escribir “Te quiero” en una nota adhesiva y pegarla en el espejo de su baño. O una vez por semana puede hacer una cita para jugar con usted misma y conectarse con su niña interior. Piénselo, ¿cuándo fue la última vez que se divirtió simplemente con usted misma? Comenzar su viaje de cuidado personal es relativamente fácil, pero debe comprometerse. Comprométase con usted misma.

Los actos de cuidado personal son los rituales que realizamos regularmente, ya sea una vez al mes o una vez al día, para ayudarnos a sentirnos bien. Los estudios demuestran que mostrar gratitud, pasar tiempo en la naturaleza y practicar la meditación incrementan la serotonina y la dopamina en el cerebro. Sí, es divertido tomarse fines de semana largos y hacerse la pedicura . Pero el cuidado personal es hacer las cosas que nos traen momentos de felicidad y nos recuerdan que debemos buscar la felicidad.  El cuidado personal refuerza lo que ya sabemos que es cierto: que merecemos felicidad y merecemos amarnos a nosotras mismas.