‌‌‌‌¿Qué es el microbioma?

El microbioma es una comunidad de una gran variedad de microorganismos como bacterias, hongos y virus contenidos dentro del tracto gastrointestinal (GI). Es un ecosistema complejo e integrado que contiene al menos 1000 tipos diferentes de organismos pertenecientes a más de 2000 especies.1

El microbioma exhibe una enorme diversidad, la cual es determinada por diversos factores incluyendo:

  • Genética
  • Género
  • Edad
  • Sistema inmunológico
  • Condiciones de salud
  • Ubicación geográfica
  • Factores socioeconómicos (acceso al agua, saneamiento)
  • Tratamiento
  • Dieta

‌‌‌‌¿Qué hace el tracto gastrointestinal? 

El tracto GI tiene muchas funciones. Es el responsable de descomponer nuestros alimentos (digestión), garantizando que la comida se absorba de forma adecuada para convertir el filete de la cena en el músculo de su muslo. También elimina los residuos indeseables que el cuerpo no necesita. Los glóbulos rojos que ya han dejado de funcionar le dan a los residuos excretados su color marrón.

 El tracto GI también nos protege, ya que hay muchas bacterias y otras cosas indeseables en los alimentos que ingerimos o en nuestras manos, con las que luego nos tocamos la boca. El tracto GI se asegura de que estas bacterias no nos dañen (o provoquen una intoxicación por alimentos). 

Además de sus muchas funciones, el sistema GI también tiene muchas partes. El sistema comienza en la boca y termina en el ano. El estómago y el intestino delgado son los encargados de la digestión y la absorción, mientras que la función del intestino grueso es eliminar el agua y compactar los residuos, mientras que el colon sigmoide y el recto almacenan los residuos antes de que sean eliminados del cuerpo.2

‌‌‌‌¿De dónde proviene nuestro microbioma? 

Las investigaciones recientes han descubierto que la colonización del tracto GI realmente comienza antes de nacer ya que la placenta contiene bacterias buenas. Asimismo, el meconio o primera deposición de un infante no es estéril, lo que quiere decir que incluso en el vientre, el tracto GI de un bebé nonato ya está desarrollando su microbioma.3

Luego del alumbramiento, si el bebé ha nacido por vía vaginal, él o ella tendrá una microbiota compuesta de especies provenientes del microbioma vaginal de la madre. Por otra parte, si el bebé nace a través de una cesárea, su microbioma será más similar al de la piel de su madre. 

La lactancia también desempeña un papel en la formación del microbioma GI y en el desarrollo del sistema inmunológico. La leche humana tiene un rol protector para los bebés. Por ejemplo, los anticuerpos como la IgA y los agentes antimicrobianos como la lactoferrina protegen a los bebés de las infecciones gastrointestinales y respiratorias.

‌‌‌‌¿Por qué es importante el microbioma? 

Todos los microbios que conforman la comunidad o microbioma en su intestino hacen muchas cosas positivas para nosotros. El microbioma participa en la cosecha de energía y en el almacenamiento de la misma. Una de las formas en que hace esto es fermentando fibras como el butirato para crear ácidos grasos de cadena corta (AGCC). 

Estos compuestos fomentan un tracto GI saludable al contribuir con la reparación intestinal. Además, también sirven como fuente principal de energía para los colonocitos, o células del colon. Muchas de las bacterias en el tracto GI son fundamentales para sintetizar las vitaminas como la B1, B2, B5, B6B12, el Kácido fólicoy la biotina.4

El microbioma también estimula el sistema inmunológico, justo después del nacimiento.

‌‌‌‌¿Cómo influye el microbioma en el sistema inmunológico?

El tracto GI tiene su propia capa de protección llamada sistema inmune de la mucosa para regular y proteger de cualquier sustancia extraña que podamos ingerir. Este sistema está separado del mayor sistema inmunológico del cuerpo. La colonización bacteriana de nuestro tracto GI altera dramáticamente el sistema inmunológico de nuestro cuerpo.

Uno de los más importantes pasos para hacer madurar el sistema inmunológico es "enseñarle" la diferencia entre qué atacar y qué dejar en paz. Las células especializadas en el sistema digestivo interactúan con nuestras bacterias (las buenas) y las bacterias patógenas (las malas), para que el sistema inmunológico puede aprender qué tolerar y qué destruir, ya que podría causar alguna infección a daño al cuerpo.

Además de "enseñarle" al sistema inmunológico qué atacar y qué dejar en paz, el microbioma también ayuda a que las células inmunitarias maduren y las dirige hacia las zonas del cuerpo donde se necesitan. Por ejemplo, el microbioma distingue entre células T específicas en el sistema inmunológico para realizar varias funciones. Por ejemplo, las células T pueden ser Th1, Th2, o Th17. 

Las Th1 y 2 liberan químicos específicos llamados citoquinas a lo largo de su vida. Estos químicos "llaman" a otras células inmunitarias para arreglar problemas en el cuerpo. Las células Th17 son mucho más diversas en su función: estas cambian los tipos de químicos que secretan, permitiendo que se adapten a muchas situaciones en el cuerpo. En otras palabras, las células Th17 son los jugadores más valiosos en el sistema inmunológico y pueden jugar en distintas posiciones.

Gran parte de nuestro sistema inmunológico habita en nuestro intestino. Áreas específicas en nuestro intestino llamadas Placas de Peyer son muy ricas en tejido linfoide, el cual alberga muchas de nuestras células de defensa inmunitaria. Piense en todas las cosas que podemos comer y que nos pueden causar daño. Tener esta zona inmune en nuestro intestino es la forma perfecta de proteger al cuerpo del daño.

Con algunas dietas deficientes, el uso de algunos medicamentos o por el proceso natural de envejecimiento, el número de bacterias malas en el intestino podría empezar a superar a las bacterias buenas. A esto se le llama disbiosis o un desequilibrio entre las bacterias buenas y las bacterias malas. Cuando la cantidad de bacterias buenas disminuye en el intestino, el sistema inmunológico no obtiene el refuerzo que necesita. Hay teorías de que la disbiosis en el intestino podrida contribuir a un sistema inmunológico hiperactivo, y esta hiperactividad podría ser la causa de la enfermedad autoinmune centralizada.

‌‌‌‌Suplementos para mantener un microbioma saludable

Probióticos: las bacterias "buenas" 

Los probióticos, de acuerdo con la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial de la Salud, son microorganismos vivos que brindan beneficios para la salud.5 El científico Elie Metchnikoff introdujo el concepto de probióticos a través de sus estudios de estas bacterias buenas en la leche. 

Su investigación mostró que cuando eran consumidas, estas bacterias buenas podían beneficiar a la salud humana. Desde entonces, los probióticos han sido ampliamente comercializados y consumidos principalmente como suplementos nutricionales o alimentos funcionales. Los beneficios de los probióticos incluyen el aumento de las "bacterias buenas" en las comunidades microbianas del intestino, reforzando la supresión de bacterias malas, reforzando el sistema inmunológico y contribuyendo a tener un revestimiento intestinal saludable.

Gran cantidad de consumidores reportan muchos beneficios positivos al tomar probióticos. Por ejemplo, muchas personas en tratamiento con antibióticos experimentan diarrea. Los probióticos podrían ayudar a evitar estos efectos secundarios indeseables. Algunos estudios han mostrado que los probióticos ricos en cepas de lactobacilos pueden ayudar a fomentar un mejor estado de ánimo. Otras cepas probióticas han sido relacionadas con el refuerzo de la salud del corazón. Los probióticos también podrían ayudar a reducir los síntomas de alergia y se ha demostrado que algunas cepas mejoran la salud de la piel. El uso de algunas cepas ha sido vinculado con el control del peso y de los síntomas de trastornos digestivos. 

Los probióticos están disponibles en forma de suplementos, en cápsulas, comprimidos y/o líquidos. Estos suplementos pueden ayudar a mantener un microbioma saludable y son una manera fácil de obtener los microbios necesarios para reforzar la salud inmunológica y del intestino.

Butirato: un antiinflamatorio

El butirato es un ácido graso de cadena corta proveniente de la fermentación de fibra no digerible en el tracto GI. Este compuesto es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y por su capacidad de brindar energía a los colonocitos.6 Cuando se produce la disbiosis, es posible que al cuerpo le cueste producir esta importante fuente de energía. El butirato está disponible como suplemento y a menudo es consumido junto con probióticos.

El microbioma es una ecosistema diverso que vive en nuestros tractos GI. Esta combinación de microorganismos refuerzan el sistema inmunológico de muchas maneras. Felizmente, suplementos como los probióticos y el butirato pueden ser fácilmente incorporados a nuestras rutinas diarias para alcanzar una salud óptima en nuestros sistemas GI e inmunológico.

Referencias:

  1. Lazar, V., Ditu, L. M., Pircalabioru, G. G., Gheorghe, I., Curutiu, C., Holban, A. M., Picu, A., Petcu, L., & Chifiriuc, M. C. (2018). Aspects of Gut Microbiota and Immune System Interactions in Infectious Diseases, Immunopathology, and Cancer. Frontiers in immunology, 9, 1830.
  2. Cheng, L. K., O'Grady, G., Du, P., Egbuji, J. U., Windsor, J. A., and Pullan, A. J. (2010). Gastrointestinal system. Wiley interdisciplinary reviews. Systems biology and medicine, 2(1), 65-79.
  3. Abba13. Dominguez-Bello MG, Costello EK, Contreras M, Magris M, Hidalgo G, Fierer N, et al. Delivery mode shapes the acquisition and structure of the initial microbiota across multiple body habitats in newborns. Proc Natl Acad Sci U S A (2010) 107:11971-5.10.
  4. Wong JM, de Souza R, Kendall CW, Emam A, Jenkins DJ. Colonic health: fermentation and short chain fatty acids. J Clin Gastroenterol. 2006;40(3):235-243.
  5. Hemarajata, P., and Versalovic, J. (2013). Effects of probiotics on gut microbiota: mechanisms of intestinal immunomodulation and neuromodulation. Therapeutic advances in gastroenterology, 6(1), 39-51.
  6. Canani, R. B., Costanzo, M. D., Leone, L., Pedata, M., Meli, R., & Calignano, A. (2011). Potential beneficial effects of butyrate in intestinal and extraintestinal diseases. World journal of gastroenterology, 17(12), 1519-1528.