El aceite de ricino es un remedio popular antiguo con numerosos usos que parece tener una utilidad importante para ayudar a tratar diversas afecciones, desde el dolor articular hasta la sequedad ocular. Y aunque es probable que el aceite de ricino sea más conocido por sus propiedades laxantes cuando se toma por vía oral, es mejor minimizar o evitar su uso.

Cuando se ingiere por vía oral, el aceite de ricino puede provocar irritación y daños en el tracto gastrointestinal, lo que permite que las bacterias atraviesen el revestimiento gastrointestinal e ingresen en el organismo. La administración de aceite de ricino a ponis se ha utilizado incluso como modelo de colitis aguda, o irritación e inflamación graves del colon. Además, el uso prolongado de aceite de ricino para el estreñimiento puede provocar problemas electrolíticos y deshidratación.

Aunque es posible que la administración oral de aceite de ricino provoque defecaciones, con frecuencia en forma de diarrea, debido a la dureza de sus efectos en el tracto gastrointestinal, lo mejor es evitar su uso siempre que sea posible. Por lo general, es preferible la disponibilidad de tratamientos más seguros y suaves para el estreñimiento, como el magnesio, las ciruelas pasas o la fibra, sobre todo en los casos en los que se necesita un tratamiento repetido y continuo.

Historia y usos históricos

El aceite de ricino se obtiene a partir de las semillas de la planta Ricinus communis. Cabe señalar que las semillas de las que se obtiene el aceite contienen una de las sustancias más letales que se conocen: la ricina. Por suerte, debido a su estructura como proteína, la ricina no es liposoluble y no está presente en el aceite de ricino. El principal componente del aceite es el ácido graso ricinoleico. El aceite de ricino suele contener aproximadamente un 90 % de ácido ricinoleico y el resto son otros tipos de ácidos grasos más comunes.

Es muy probable que la planta de ricino sea originaria de África o la India, pero se ha extendido a muchos países debido a su cultivo en todo el mundo. El aceite extraído de la planta es apreciado tanto por sus usos medicinales como industriales. En el pasado, se utilizaba como tratamiento para afecciones cutáneas, problemas respiratorios y gastrointestinales.

Posibles usos médicos

Al parecer, el aceite de ricino posee efectos antiinflamatorios importantes. Las investigaciones que compararon los efectos de la capsaicina, el compuesto picante que confiere a los pimientos su “calor”, mostraron efectos importantes en modelos animales. En aplicaciones tópicas, tanto el aceite de ricino como la capsaicina mostraron efectos antiinflamatorios y redujeron la hinchazón. Los autores del estudio concluyeron que el ácido ricinoleico (principal componente del aceite de ricino) podría considerarse un posible agente antiinflamatorio tópico.

En otras investigaciones con animales se ha observado una reducción del dolor con el uso de aceite de ricino tópico. Al parecer, la actividad del aceite de ricino se debe a un compuesto presente en el organismo denominado sustancia P. La sustancia P es una proteína corta, o péptido, que interviene en la señalización del dolor. Al aplicarlo por vía tópica, parece que el aceite de ricino interrumpe las vías del dolor basadas en la sustancia P, lo que reduce tanto el dolor como la inflamación.

Dolor e inflamación articular

Debido a sus propiedades antiinflamatorias y reductoras del dolor, algunos estudios han explorado el uso del aceite de ricino tópico para tratar el dolor articular y la artritis. En un estudio realizado con mujeres que sufrían dolor artrítico de rodilla de moderado a intenso, se observó que las aplicaciones diarias de aceite de ricino acompañadas de aplicaciones de calor de 5 a 10 minutos de duración reducían considerablemente el dolor. Tras ocho días de tratamiento, ninguna de las mujeres presentaba dolor intenso, y el 76 % solo dolor leve.

En otro estudio de tesis sobre mujeres posmenopáusicas con dolor de rodilla se aplicó aceite de ricino junto con calor y también se observaron beneficios importantes. Al principio del estudio, el 87 % de las mujeres del grupo de tratamiento sufrían dolor moderado o intenso. Tras 7 días de tratamiento, el 63 % de las mujeres manifestaron un alivio total del dolor. Teniendo en cuenta la facilidad de aplicación y su bajo precio, el aceite de ricino tópico podría ser una herramienta valiosa para tratar el dolor articular y merece investigaciones adicionales para comprender mejor sus aplicaciones y confirmar sus efectos.

Sequedad ocular

Hasta un 34 % de la población mundial padece de la enfermedad del ojo seco (EOS). La prevalencia de esta enfermedad aumenta considerablemente con la edad. Cuando la enfermedad empeora, la sequedad ocular puede interferir con la visión, lo cual tiene un impacto negativo significativo en la calidad de vida de la persona. No es sorprendente que la EOS también esté relacionada con la ansiedad y la depresión. Una de las causas más frecuentes de la EOS es la disfunción de las glándulas de meibomio, que recubren los párpados y estabilizan la capa de película lagrimal del ojo.

Aunque existen varios tratamientos disponibles, la EOS tiende a ser crónica y progresiva. Entre los tratamientos más comunes se encuentran el uso de colirios lubricantes, antiinflamatorios, suplementos de grasas omega 3 y compresas calientes.

Es interesante señalar que otro posible tratamiento que puede reducir los síntomas de la EOS es el aceite de ricino. En un estudio inicial, se utilizó un colirio de baja concentración de aceite de ricino y se observaron mejoras notables en pacientes con disfunción de las glándulas de meibomio. En otro ensayo, se investigó una combinación de aceite de ricino en colirios lubricantes, y se observaron mejoras en la evaporación y la calidad de la lágrima con el aceite de ricino en comparación con los colirios lubricantes solos.

La blefaritis es la inflamación de los párpados. En un estudio que investigó la aplicación de aceite de ricino en párpados inflamados, se observaron beneficios considerables con el tratamiento. Los autores del estudio concluyeron que el aceite de ricino podría ser una opción terapéutica viable para pacientes con blefaritis.

En un análisis del uso del aceite de ricino para la EOS, se llegó a la conclusión de que el aceite de ricino es seguro y bien tolerado. Es probable que el aceite mejore los síntomas debido a sus propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y su capacidad para mejorar la película lipídica ocular.

Compresas de ricino para el estreñimiento

Las compresas de aceite de ricino son un tratamiento alternativo popular que se ha utilizado para afecciones abdominales y gastrointestinales. Este tratamiento generalmente implica la aplicación de una tela de franela empapada en aceite de ricino sobre el abdomen, cubierta con una capa de plástico y una bolsa de agua caliente. El calor se deja actuar entre 30 y 60 minutos para permitir que el aceite de ricino penetre en los tejidos. En el pasado, las compresas de ricino se recetaban para ayudar con problemas hepáticos, trastornos gastrointestinales y dolores menstruales.

Aunque hay varias opciones naturales que pueden ser útiles para tratar el estreñimiento, las compresas de aceite de ricino también podrían ser consideradas como parte del tratamiento. El estreñimiento es un problema común que afecta entre el 10 y el 15 % de la población y su incidencia aumenta con la edad. En un estudio de pequeña escala realizado con personas mayores que vivían en una residencia, se observaron beneficios significativos del uso de compresas de aceite de ricino para el tratamiento del estreñimiento. Del total de participantes en el estudio, el 80 % había estado sufriendo de estreñimiento durante 10 años o más. Se aplicaron compresas diarias de aceite de ricino durante tres días. Los tratamientos lograron ablandar las heces de los pacientes, facilitando su expulsión con menos esfuerzo. Además, el tratamiento no provocó diarrea urgente, lo cual es una ventaja significativa en comparación con los laxantes orales, sobre todo considerando que muchos de los pacientes necesitaban ayuda para llegar al baño. A partir de los resultados iniciales, los autores también plantearon la hipótesis de que un tratamiento más prolongado podría haber brindado mayores beneficios.

Inducción del parto

Por último, los datos indican que el aceite de ricino podría ser eficaz para inducir el parto. Cuando un embarazo supera el plazo previsto, suelen aplicarse intervenciones para inducir el parto de forma artificial e iniciar el proceso de dar a luz. Sin embargo, las intervenciones médicas estándar aumentan el riesgo de contraer infecciones tanto para la madre como para el niño. Las intervenciones médicas estándar también pueden provocar contracciones anormales, lo que aumenta la necesidad de realizar otras intervenciones de mayor nivel para facilitar el parto.

El aceite de ricino se ha estudiado como una forma más segura de estimular el parto. Para inducir el parto, se administra una única dosis oral de aceite de ricino. Se cree que el aceite provoca la liberación de prostaglandinas, que son unas moléculas de señalización capaces de inducir el parto y aumentar las contracciones uterinas. Las investigaciones señalan que el aceite de ricino puede facilitar el parto y reducir la necesidad de practicar cesáreas. Los estudios han llegado a la conclusión de que el aceite de ricino es una forma más segura de inducir el parto que otras técnicas estándar, lo que podría mejorar los resultados y reducir las intervenciones médicas de mayor nivel. No obstante, el aceite de ricino sólo se debe utilizar para inducir el parto bajo supervisión médica y no se debe tomar por vía oral en las primeras etapas del embarazo.

Conclusión

El aceite de ricino es un remedio popular antiguo que podría ser muy útil para tratar diversas afecciones. Aparentemente, el aceite es antiinflamatorio y antimicrobiano, por lo que resulta beneficioso al aplicarlo por vía tópica con calor para aliviar el dolor de rodilla. Asimismo, numerosas investigaciones señalan los beneficios de las fórmulas de aceite de ricino para combatir la sequedad e irritación de los ojos. Además, las compresas de ricino podrían ayudar a normalizar los movimientos intestinales en pacientes que sufren estreñimiento. Y, por último, el aceite de ricino podría resultar más seguro para inducir el parto cuando los embarazos se han prolongado más allá del plazo previsto.

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